Homenaje mínimo a Julia de Burgos
Décimas
Incomprendieron tu ser,
de tantos sueños errantes
que en versos desafiantes,
se despliegan por doquier.
Fueron duelos del ayer
en tus claras valentías,
ardientes melancolías
de un sagrado sentimiento,
que le soltabas al viento
para trenzarlo en poesías.
Enlazada con las flores,
y con las ondas del río,
encaraste el desafío
de cristalinos dolores.
Y dejaste resplandores
en el tallo de tu flor,
cuando el mal de un desamor
desnudó tu sentimiento,
que fue bruma de un tormento
por las sombras del dolor.
Afrontaste tempestades
con tu espíritu lozano
y la palma de tu mano
fue clamor de eternidades.
Derramadas claridades
de patriota y poetisa,
que empujadas por la brisa
presagiaban limpia fama,
para que fueras la dama
del Río Grande de Loiza.
Poeta de Carolina
y del país y del mundo,
tu verso puro y profundo,
es de savia femenina.
Angustiada peregrina
por caminos de tristeza,
y por sendas de belleza
de misteriosa poesía,
ansiedad que desafía
desde una clara nobleza.
Antonio Ramírez Córdova
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