Las múltiples rebeldías de Luisa Capetillo
Norma Valle
Marcelino Juan Canino Salgado, Ph. D.
Academia Puertorriqueña de la Historia
Rebeldes[1]
y revolucionarias2: sintagmas y paradigmas arbitrarios para el
biógrafo.
Objetivo:
Planteamiento teórico semántico de
ambos términos para los procesos investigativos de las historias biográficas de
mujeres. Procedimientos teóricos y metodológicos para guiar a la heurística.
Durante los primeros tres lustros
del siglo actual, el cultivo del género histórico biográfico en Puerto Rico ha
crecido significativamente en lo que respecta al número de publicaciones. No
obstante, muchas de ellas, son obras de encomienda de instituciones filo políticas, o de
instituciones culturales encaminadas a ilustrar el acervo de las aportaciones
personales de tal o cual ciudadano dentro del devenir histórico puertorriqueño.
A este interés responden, por
ejemplo, las diversas biografías de políticos puertorriqueños del pasado
cercano, auspiciadas unas por La Universidad Interamericana de Puerto Rico, de
la Oficina del Historiador Oficial de Puerto Rico y de la Academia
Puertorriqueña de la Historia, así como de la Legislatura de turno.
Las editadas por el Licenciado
Héctor Luis Acevedo revisten un interés circunscrito al periodo cronológico
cifrado entre los finales de la primera mitad del siglo XX y los subsiguientes
finiseculares. En otras palabras, época en que comienza a tomar corporeidad la
imagen del ELA. Los títulos son esclarecedores y sugestivos:
“Jesús T. Piñero, el Hombre, el
Político, el Gobernador” (2005), “Luis Negrón López, Rescatado por la
Historia(2007)”, “Don Jaime Benítez, Entre la Universidad y la Política
(2008)”, “Don Roberto de Jesús Toro, La Ética de la Responsabilidad y el
Desarrollo Económico de Puerto Rico (2009)” Santiago Polanco Abreu (2010)”,
“Fernando
Chardón: Integridad y valentía al servicio de Puerto
Rico” (2013).
Es interesante notar, por lo que
significa, el lema ideológico que aparece como explicación en el frontispicio del libro sobre el gobernador
Piñero:
“ Nuestra épica de pueblo no es de
sangre derramada, sino de vidas transformadas. En esa épica, nuestros héroes
son los políticos visionarios, los administradores entregados con eficiencia a
su labor y que logran convertir sueños en realidades. La injusticia del olvido
castiga sobre todo a las generaciones nuevas. Para buscar héroes cívicos y
gestos de patriotismo sin sangre, no tenemos que ir fuera de nuestras costas,
sino conocer nuestra historia”.
El comentario, más que una
explicación o un credo, tiene visos de justificación donde ha sido trasladada
al quehacer historiográfico la ideología de la llamada “Operación Serenidad” de
la que tanto se han ufanado grupos proselitistas. Es una óptica justificativa
que pretende hacernos olvidar los desplazamientos que hubo en la década de los
`50 de muchos campesinos nuestros exportándolos a las granjas agrícolas de
Connecticut con el subsiguiente despojo
de sus tierras o parcelas en Puerto Rico. El tema no es heurístico, pero sí
hermenéutico, es cuestión de óptica interpretativa. No somos tan ingenuos como
para creernos todo lo que se escribe en un papel. Si no hubo derramamiento de
sangre – que se sepa– sí hubo derramamientos de lágrimas amargas y años más
tarde, los golpeteos morales de las carpetas y el fichamiento de los
desafectos. Los acontecimientos políticos recientes parecen poner en tela de
juicio la aseveración anteriormente citada.
De igual naturaleza a los
anteriores, pero publicado por la Oficina del Historiador Oficial de Puerto
Rico, es la monografía del señor José Luis Colón González sobre: “Dr.. Leopoldo Figueroa : El ideario de un
decano (1886-1969)”, publicada en (2012).
Igualmente, en lo que respecta a las
intenciones es la monografía :”María Libertad Gómez, mujer de convicción, líder
de cambio, José Luis Colón González, editor, Cámara de Representantes de Puerto
Rico y Universidad Interamericana de Puerto Rico (2014).
A esfuerzos individuales y
meritorios por su excelencia responden dos joyas del género biográfico: “Doña
Inés María Mendoza y la batalla del idioma. Cartas 19371938.(Fundación LMM,
2004), editado por el Dr. Carmelo Rosario Natal, que, aunque no es una biografía
y sí, esencialmente, un epistolario tiene todos los elementos necesarios para
ser convertido en una biografía.
El libro de la Dra. Raquel Rosario
Rivera, Mariana Bracety: Una patriota que no claudicó es una valiosa aportación
al género de la biografía histórica en Puerto Rico, porque no solo esclarece
aspectos ambiguos y mitologizados de la heroína popular decimonónica Mariana
Bracety, sino que, además aporta nuevos datos en una relación coherente
fundamentada en hechos concretos y no en suposiciones literaturizadas o
ficcionalizadas. Aunque hay muchas otras publicaciones de interés he espigado
discriminadamente las que me han parecido más significativas para mis
propósitos expositivos.
En términos generales, sin negar el
esfuerzo y valor intrínseco de los mismos, la mayor parte de las biografías
publicadas me parecen solo embocaduras a las vidas de las personas
biografiadas. Considero que muchos de estos libros me parecen ediciones de lujo
de un “Curriculum Vitae” y que adolecen de una hermenéutica convincente.
Debemos recordar que una biografía es un todo orgánico donde cada elemento
forma parte de una red de relaciones inseparables y donde el “todo” solo se
puede explicar o entender a base de la interrelación de las partes que lo
conforman.
Desde los tiempos de la antigüedad
clásica, las historias de las vidas
humanas implicaba, además, una o varias teorías de la personalidad ( por ej.
“el hombre público versus el hombre privado o doméstico”.) Y es, amigos y
colegas , que un biógrafo es, además de historiador, un analista de
personalidades y de hechos políticos humanos. El enmarañado complejo de la
personalidad requiere para su análisis una formación psicológica sólida.
Ya Aristóteles en el siglo V antes de Cristo
observaba que:
¿Por qué razón todos aquellos que se han destacado
excepcionalmente en lo que respecta a la
filosofía, o bien la ciencia del estado, la poesía o las artes, resultan
claramente melancólicos, y algunos hasta el punto de hallarse atrapados por las
enfermedades provocadas por la bilis
negra....\…?( Escolio XXX-1)
En otras palabras, quiero decir que
de los hombres públicos nos interesa, además de su vida no pública, su lado
oscuro, el lado de sus sombras, el fardo de sus pequeñeces. Al decir de Alfonso
Reyes, el biógrafo debe aguarle la fiesta al biografiado. El ojo del crítico
biógrafo no debe ceder ante sentimentalismos y remilgos de falsos decoros.
Pocos historiadores en Puerto Rico
se han atrevido a sumergirse en los pantanos oscuros de las lumbreras de la
historia. Hay que hacerlo, por pura honestidad epistemológica. Aunque uno que
otro lo ha intentado, no completan la silueta y solo atisban uno que otro
aspecto generalmente conocido a “sotto
voce”.
Hata aquí me he referido al género
masculino como objeto de la biografía. Honestamente creo que respecto de las
féminas hay muy pocas diferencias. Estas se amplifican por los intereses
económicos de los prejuicios que transmite la tradición cultural y religiosa
del
‘matriarcado versus el patriarcado.’
Y entro en materia:
¿Quién define lo que es una mujer rebelde y una mujer
revolucionaria?
Ingenuamente contestaríamos: Las
academias y sus diccionarios; dominadas hasta 1978[2]
por hombres. Siempre las definiciones resultarán arbitrarias y convencionales.
¿Quiénes diagnostican ambas condiciones? Respuesta real: Las clases dominantes,
los grupos de poder….
Yo, personalmente, evitaría esas
categorías, pues en una isla tan pequeña y tan dividida ideológicamente, estas
clasificaciones, en vez de esclarecer, aumentan la confusión.
¿Donde quedaría Adolfina Villanueva?
Para unos patriota, para otros rebelde facinerosa, para otros mártir… Y fuera
de los remilgos puristas, ¿cómo clasificaríamos a Lolita Lebrón, a las hermanas
Gutiérrez del Arroyo, a Nimia Vicens, a Casandra Rivera, a Isabelita Freire de
Matos, a Inés María Mendoza, a Nieves Padilla a Julia de Burgos y a tantas
otras puertorriqueñas cuyos hechos no recogen los periódicos ni las historias
pero que se han enfrentado mil veces contra la adversidad sin temor alguno,
valientemente?
Cualquiera que analice con cuidado el valioso texto
de Ángela Negrón Muñoz titulado:
“Mujeres de Puerto Rico…”(San Juan,
Imprenta Venezuela, 1935) se percatará de
que el 96% de las mujeres cuya semblanza es incluida son puertorriqueñas
blancas y de clase socioeconómica alta, solo un escaso 4% son puertorriqueñas
negras o mulatas y de clase socioeconómica media o pobre. Hago la salvedad de
que, la autora no entra en estos detalles sabiamente pues su norte es solo el
éxito y aportaciones de sus biografiadas a la patria. No obstante el hecho
reviste gran significancia respecto de quiénes tienen o no las oportunidades
para mejorarse personalmente y consiguientemente beneficiar al país…
Conviene pues, aplicar los métodos
de la sociolingüística a los estudios histórico biográficos de cualquier tipo o época. Veamos:
Selección de la muestra: Establecer
los criterios de antemano diseñando un perfil teórico de lo que queremos buscar
y encontrar. Para eso es menester que los investigadores posean un amplio
bagaje de lecturas teóricas sobre la mujer: Estudios sobre el matriarcado (Jean
Bachofen, Das Mutterrecht, Stuttgart,1861; Anne Baring and Jules
componen. Carmen Conde era muy amiga de
Puerto Rico junto a su esposo el DR.
Antonio Oliver Belmás.
Cashford: The Myth Of The Goddess,
Viking,1991); estudios sobre la mujer en Puerto Rico (Desde Alejandro Tapia:
Revista la Azucena, hasta llegar a las publicaciones de MIA).
Estas lecturas constituyen parte del
marco teórico que debe poseer todo investigador. Además, como señalé
anteriormente, estar equipado con una buena preparación de análisis
psicológico: Freud, Jung, Adler, Albert Ellis, Víctor Franckl, Erich Fromm,
Julia Kristeva, Loreina Santos Silva, etc. etc.
Documentos y documentación
1)
Actas de nacimientos, bautismos, confirmaciones,
comuniones, matrimonios y defunciones, o sus equivalentes en otros sistemas no
católicos.
2)
Registros civiles de todo tipo (notariales,
comerciales, expedientes educativos, etc., incluyendo los obituarios y tarjas
conmemorativas)
3)
Álbumes fotográficos y documentales familiares (
Incluyendo la Biblia de la familia) 4) Diarios, libretas de apuntes, cuentas,
recibos, etc.
5) Pertenencias
de bienes muebles e inmuebles.
6) Pasatiempos
y vida doméstica, habilidades artísticas y de oratoria.
7) Educación
y cultura general… Ejercicio de las profesiones estudiadas.
8) Devocionarios…
( Creencias religiosas y acercamiento al misterio)
9) Testimonios:
amistades, peluqueros, modistilla o costureras, sastres, barberos, médicos,
empleados domésticos o empleadores, vecinos, parientes lejanos y cercanos.
Folclore sobre la persona (décimas, coplas,
anécdotas).
10) Libros
de novedades y querellas de la policía.
11) Honores
y dedicatorias: Calles, parques, escuelas, edificios públicos o privados, etc.
12) Rumores y chistes sobre la persona (lado oscuro, la
sombra)
13) Participación
en fraternidades o sororidades: Masónicas, odfélicas, espiritualistas
(teosofistas, Casa de las Almas, Unity, etc.) Pedir acceso a los archivos de
las mismas.
14) Libros
o libretas de cuentas, hipotecas, deudas. Cheques cancelados, recibos, etc.
15) Relaciones
matrimoniales y extramatrimoniales documentadas o no.
16) Dispersión
geográfica del prestigio o fama de la biografiada a través del espacio y del
tiempo. Marcas de territorio…
17) Grabaciones
fílmicas, video-magnetofónicas o registros sonoros
18) Escritos,
memorabilia etc.
19) Biblioteca
personal (Libros dedicados por sus autores)
20) Epistolarios
( Todos los pertinentes que sea posible conseguir)
21) Escritos
y publicaciones
22 Aportaciones reconocidas
23) Proyectos
sociales, individuales o colectivos
24) Contrastes
con sus contemporáneos, coetáneos y coeterráneos. ( Contra figuras)
Todos estos materiales productos de
la heurística deben ser ordenados no solo cronológicamente, sino además,
empleando las categorías históricas que ellos mismos exijan. En otras palabras:
por niveles de dispersión geográfica a través del tiempo, lo que conocemos como
diatopías. Por niveles o estratos socio culturales y socioeconómicos a través
de la historia, lo que conocemos como niveles diastráticos. Lo mismo trasladado
a los aspectos estructurales descriptivos inmediatos: Esto es: sintopía,
dispersión geográfica actual y sinstratía, difusión de un hecho en los diversos
estratos socioeconómicos o socioculturales en un momento determinado de la
actualidad.
Con una base de diacronía y
sincronía, además de los otros parámetros, podemos tener una imagen global de
la personalidad o hechos históricos relacionados con la figura a
estudiarse.
Intentar redactar nuestro escrito
biográfico como si estuviéramos narrando un guión cinematográfico o
visualizando un documental video-fílmico, con viveza y verdad, sino, por lo
menos, con verosimilitud sin caer en la ficcionalización.
La redacción debe ser sencilla pero
elegante, sin caer en la cursilería. Evitar las repeticiones y el lenguaje
laudatorio innecesario. Comenzar con un borrador preliminar.
Utilizar como modelos de buena prosa
a los escritores consagrados por el canon: Tomás Blanco, Arturo Morales
Carrión, Salvador Brau, Tapia, María Cadilla, Trina Padilla de Sanz, etc., etc.
En este aspecto recomiendo por lo útil que es el libro de la doctora
Mariana Robles de Cardona,
“Observaciones sobre el estilo jurídico”(Río Piedras, Edil, 1969,116 págs.)
que, aunque está destinado a los abogados sirve igual a los historiadores que
padecen dificultades de redacción en lengua española.
Conclusiones preliminares. Formarse
una idea general y específica de la figura estudiada antes de proceder a la
redacción definitiva. Una silueta no basta. Es necesario un perfil
tridimensional: nivel físico-psicológico, nivel sociocultural y nivel político.
Esto no excluye otros matices si son necesarios.
Después de estos arduos procesos
heurísticos procederemos a la hermenéutica juiciosa y discreta, esto es: al
análisis objetivo de los datos y luego a
la redacción definitiva. La clave está en establecer una red de relaciones
elocuentes y coherentes, donde sea el mismo biografiado o biografiada quienes
hablen con sus obras, porque “por sus frutos los conoceréis”. Muchas gracias.
Algunas lecturas recomendadas:
(No están ordenadas alfabéticamente, pero en orden de
perentoriedad subjetiva del autor de este breve ensayo)
Uscatescu, George: Escatología
e historia, Madrid, Ediciones Guadarrama, 1959, 238 págs. ( Hay un
importante ensayo sobre la “Concepción histórica de Jacobo Burckhardt” que todo
historiador debe conocer.)
Arrillaga Torrens, Rafael: Introducción a los problemas de la historia, Madrid, Alianza
Editorial, 1982, 220 págs.
________: Grandeza
y decadencia de España en el siglo XVI, México, Ed.Porrúa, 1993, 167 págs.
________: La
naturaleza del conocer, Buenos Aires, Argentina, Paidos,1987, 204 págs.
San Isidoro de Sevilla: Etimologías, Ed. Bilingüe de José Oroz Reta, et al. Madrid, BAC, 1993, ( Sobre la historia, Vol.
I, págs. 358-361).
Fages, Jean B. : Comprendre
le structuralisme, Paris, Edouard Privat, editeur, Paris, 1967( Hay versión
española de Argentina de la Ed. Galerna)
Blazquez José M, et al. : Clases y conflictos sociales en la historia, Madrid, Cátedra, 1977,
176 págs.
Garvin, Paul L. y Lastra de Suárez, Yolanda: Antología de Estudios de etnolingüística y sociolingüística, México, Universidad
Autónoma, Instituto de Investigaciones Antropológicas, 1974, 523 págs.
Russel, Bertrand:
Arquitectura y problemas sociales,
en : Obras escogidas, Argentina, Aguilar, 1956, pp.: 771-783.
Cardoso, Ciro F.S.: Introducción al trabajo de la investigación histórica, Barcelona,
Grijalbo, 1981, 216 págs.
Topolsky, Jerzy: Metodología
de la historia, Madrid, Cátedra, 1973, 519 págs. ( Libro excelente, de
naturaleza teórica y metodológica muy útil para el investigador profesional).
Braudel, Fernand:
Civilización
material, economíaa y capitalismo. Siglos XV-XVIII. T. 1, Las estructuras
de lo cotidiano, Madrid, Ed Alianza, 1984.
Peralta, Victoria: El ritmo lúdico y los placeres en Bogotá, Bogotá, Colombia, 1995;
168 págs.
Barrán, José Pedro, et al: Historias de la vida privada en el Uruguay: El nacimiento de la
intimidad 1870-1920. Tomo II.
Monte Video, Taurus, 2004, 322 págs.
Korzybski,
Alfred: Manhood of Humanity ( An
Introducction to Non-Aristotelian Systems and General Semantics) Brooklyn, New
York (1921) Fifth Printing 2001, 326 págs.
[1] Rebelde.(Del lat.
rebellis).1. adj. Que, faltando a la obediencia debida, se rebela (ǁ se
subleva). 2. adj. Que se rebela (ǁ opone resistencia).3. adj.(DRAE) 2
Revolucionario, ria.1.
adj. Perteneciente o relativo a la revolución.2. adj. Partidario de la
revolución.. adj. Alborotador, turbulento. (DRAE)
[2]
La poetisa Carmen Conde Avellán fue la primer mujer en ser instalada en la Real
Academia de la Lengua Española. Hoy día se cuentan
solo 5, para 46 sillones que la
Nueva
investigación sobre Mariana Bracety: esclavista y revolucionaria
Dra. Raquel Rosario Rivera
Universidad de Puerto Rico en Bayamón
Los mitos que han desarrollado
detrás de la figura de Mariana Bracety han sido muchos. Varios
historiadores han tratado de exaltar su
figura a su modo, trayendo consigo especulaciones de toda índole. Unos la
califican como benemérita patriota, cuando cambiaron la versión de una carta de Ramón Emeterio Betances y que
fuera transcrita por Luis Bonafoux en su obra Betances, quien la distinguió como benemérita ciudadana, es decir,
digna del galardón de ciudadana. Otros, la exaltan como libertadora de esclavos
y que junto a su hermano iban por las haciendas para cortar sus ataduras “de cordones” para que escaparan y fueran libres, y
otros, la tildan de promotora de la
abolición. Estas imágenes llenas de
invenciones han dejado una visión totalmente errónea de Mariana, con
faltas a la verdad, y poco fundamentadas.
Ese mito, de ir libertando esclavos
en su juventud, junto a su hermano, del que dan un nombre equivocado, en un
escrito en Puerto
Rico en marcha no era cierto, pues ¿como era posible que ella libertara
otros esclavos y no los que pertenecían a su familia? Y nos asombra la
ingenuidad de que los esclavos estuvieran atados a “cordones.”
Cuando murió su padre, Mariana contaba unos
tres años y medio de edad. Su padre al
ser capitán de buques y propietario de dos haciendas productoras de café y de
azúcar, era dueño además, de una dotación de veinte esclavos.
Fue así que Mariana se crio con sus
hermanos en una vida modesta, pero llena
de servidumbre. Al pasar el tiempo
cuando Mariana contaba con nueve años se
distribuyó la herencia de su padre entre ellos sus esclavos. Fue su madre
quien, junto a su hermano Manuel, sirvieron de albaceas al morir Francisco
Bracety abintestato.
Cada hijo tuvo, por herencia, un
esclavo y Mariana tuvo para sí el esclavo más pequeño de la dotación que le era
menor por dos años de edad. Mariana fue esclavista y nunca prescindió de su
esclavo Marcos. Este le sirvió como medio de subsistencia hasta el año de 1870
cuando le concedió la libertad.
A la muerte de su padre, de los
esclavos existentes, ocho eran varones de los que dos eran inútiles: uno por no tener un brazo
y otro por padecer de gota. De estos varones,
cinco eran menores. Su valor total rondaba por 1,240 pesos. De las
mujeres, que eran doce, cuatro eran
menores de edad, con valor de 2,380
pesos. Es decir el valor total de los esclavos era de 3,620 pesos.
De la totalidad de la dotación, tres
de las esclavas pasaron a Añasco a servir a su hermana Manuela y a su esposo
Pijuan, un catalán de mala entraña, que maltrataba a estas esclavas. Esto trajo
un pleito con su madre Antonia Cuevas que pedía su devolución para que formaran
parte del caudal relicto. Desconocemos como se distribuyeron la totalidad de
los esclavos, aunque sabemos que algunos de los herederos tuvieron su
correspondiente esclavo pero sin notificar los nombres de los mismos. De la
testamentaria se desprende que de la
distribución del caudal relicto se le dio una esclava negra, que no indican su
nombre, a Sinforiano Bracety, hijo natural e hijo mayor de Francisco Bracety. A
Manuela Bracety se le dio la esclava Catalina. De los demás esclavos no se sabe cómo se distribuyeron. La familia Bracety, hijos y madre,
mantuvieron sus respectivos esclavos, doña Antonia Cuevas mantuvo su
servidumbre hasta su muerte en 1854.
Tenemos constancia, por otros
documentos, que Ana María (Mariana) tuvo
su legado el esclavo Marcos. Marcos trabajó en los servicios de la hacienda de
los Pesante hasta que Mariana lo educó para
que su profesión fuera panadero. Así lo ubicó en una de las panaderías
de Añasco. Su salario le pertenecía a Mariana por ser su ama. A Marcos nunca le
faltó su buena vivienda y su sustento, pero era un esclavo. Mariana sobrevivió
su pobreza gracias a su esclavo Marcos.
Mariana caso tres
veces y con su primer marido no tuvo
carencias y vivió en las comodidades de la época. De este primer matrimonio con José Adolfo
Pesante tuvo tres hijos de nombre Rita Antonia,
Antonia Ramona y José Ramón.
Residió en el pueblo de Añasco hasta que el cólera le arrebato la vida a
José Antonio Pesante en 1856.
Cuatro años de viudez los pasó criando sus hijos en
la calle Mercado, hoy San Antonio,
frente a la Iglesia de Añasco. Allí conoció a Miguel María Rojas, un
joven venezolano, hermano de Manuel Rojas, aquel General que dirigiría las
fuerzas de la Revolución de Lares. Casó con
Miguel el siete de mayo de 1860,
época en que se trasladó a vivir al
barrio Pezuela-Mirasol de Lares, donde
comenzó a identificarse abiertamente con su amor patrio y su apoyo incondicional
a la revolución. Conoció a Betances y colaboró con los miembros de la Junta
Revolucionaria Centro Bravo de Lares de la que formó parte como miembro
suplente, labor que sería realizada cuando substituyera a los miembros en propiedad ausentes.
Mucho antes de ocurrir la revolución. Betances había escrito
su famosa proclama de los
Diez
Mandamientos de los Hombres Libres que se había dado a conocer en noviembre
de 1867.[1] Están en plena efervescencia los preparativos
para la revolución. Estos
mandamientos despliegan las ideas
libertarias de un pueblo sometido a vejámenes y a un colonialismo pleno. Pero
en el caso que nos toca y que nos interesa es el primero de estos mandamientos:
Abolición
de la esclavitud.
¿Cómo podría Mariana libertar a su esclavo Marcos si
este era el único medio de obtener la
ayuda económica que tanto necesitaba? ¿Qué contradicción podemos encontrar en
una Mariana que era promotora de las ideas libertarias y sin embargo tenía a un
esclavo bajo la servidumbre? ¿Por qué no libertó a los esclavos de su propia
familia? ¿O por qué no libertó a los
esclavos de la hacienda de los Pesante?
Justifiquemos
los hechos. A raíz del matrimonio de
Mariana con Miguel Rojas la pobreza le acompañó. Miguel era un joven fuerte
pero muy enfermo por ataques constantes epilépticos. Mariana a pesar de que se
dedicó a la costura, al trasladar su residencia a un barrio lejano del pueblo
de Lares, perdió sus clientas. A penas se dedicó a la costura por encargo. Pero la situación de pobreza de Mariana se
agravó cuando pasaron sucesos notables en el año de 1867, un huracán, San Narciso,
había azotado con gran fuerza la región dejando sin sustento a miles de
familias, llegando a niveles de hambrunas. Mariana no pudo darle la libertad a
Marcos. No podía. Para ella Marcos fue su sostén en medio de la penuria.
Mariana Bracety no claudicó. Quería a su patria
libre. Quería un Puerto Rico gobernado por los puertorriqueños. Desde la
hacienda El Triunfo y en las
reuniones realizadas por la Junta Centro Bravo de Lares, reafirmó su apoyo a la revolución. Ella como
otras mujeres aportaron con ideas, con sus laboriosas manos y apoyando
incondicionalmente a sus esposos. Ella era una revolucionaria. Tanto, que fue
la única mujer apresada en Casa del Rey de Lares y fue su casa por 52 días
junto a tres de sus cuatro hijos. Conocemos de la existencia de otras mujeres
participantes y colaboradoras al movimiento como lo fueron María Eduviges
Beauchamp, Dolores González Cos, Obdulia
Valentina Serrano, Ana Martínez, Rosalía Márquez entre otras. Pero ninguna
sufrió un encarcelamiento tan injusto.
Cuando se dio la Revolución de Lares se sabe de la
participación de propietarios, jornaleros y esclavos. Hemos confirmado la
participación de cuarenta y seis esclavos. Nadie puso en riesgo sus esclavos
como fueron los propietarios don Víctor Serrano, de San Sebastián con cinco
esclavos; Juan Antonio Wolmar, de San Germán, aportó con cinco de sus esclavos; Eugenio Bernal,
Pedro Beauchamp, ambos de Las Marías con
cuatro cada uno; Pedro y Ambrosio
Angleró de Maricao, con cuatro cada uno; Miguel Font del Pepino con tres y,
otros propietarios para ser un total de 28 propietarios. Ni Manuel Rojas, ni
Mariana Bracety arriesgaron a sus esclavos. Todas las promesas giraban – según
se desprende de las inquisitivas- a concederles la libertad. Esto no se dio ni
con los Rojas ni con la Bracety.
El hallazgo que tuve, de un documento en el Archivo
General de Puerto Rico, confirma la
existencia de dos de las esclavas de la dote de los Bracety décadas después a
la división de bienes. La historia se
transforma cuando en enero de 1894, Juan Balberio González, hijo de una antigua esclava, entabló petición al
Tribunal de Mayagüez para que se constara ser el único heredero de su abuela la esclava Encarnación González Bracety,
quien había tenido una hija natural en
el año de 1846 a la que llamó Saturnina González. Que ésta, fue más tarde
adquirida por don Pedro Tolosa y que
estando en poder de este, Saturnina tuvo un hijo natural al que llamó Juan
Balberio González. Que al fallecer su abuela, el 10 de agosto de 1885 y más tarde su madre
Saturnina, el 18 de junio de 1888, pasó
a ser único descendiente hereditario. Por ello reclamó al Tribunal y
presentando los respectivos testigos, fuese declarado heredero único de su
madre y de su abuela.
Dado la avanzada edad de doña Mariana, ya constaba setenta
años, no pudo presentarse al
Tribunal de Mayagüez y Balberio
expresó que fueran a solicitarle la declaración en el barrio Añasco Abajo. En
este expediente del Tribunal se nos presenta un documento descubierto por
primera vez y que presenta -del propio puño y letra de Mariana Bracety- la
afirmación de su nacimiento.
El diez y nueve de enero de mil ochocientos noventa y
cuatro, el Juez Municipal don Francisco Pagán y
Ríos con su secretario Abelardo Lajara,
se presentaron en la casa habitación de la señora Mariana Bracety Cuevas. El
juez Pagán le hizo las advertencias de rigor a doña Mariana de jurar decir la
verdad y las consecuencias que tendría por no cumplir con ello. Ante las
preguntas hechas sobre las antiguas esclavas tuvo que dar señas de su persona.
En estos términos expuso:
Que se llamaba
Mariana Bracety Cuebas, natural de Mayagüez y vecina de este término municipal
de setenta años de edad, casada, siendo su ocupación los quehaceres de su casa.
Esta afirmación pasa a ser de gran importancia porque
Mariana Bracety afirma por si misma que es
natural de Mayagüez. No lo dice el Juez, lo dice la propia Mariana. Esta novedosa noticia la presento en afán
de terminar con teorías, especulaciones
e impresiones cuentistas sobre Mariana.
Tanto ha sido el empeño de otros historiadores que han realizado sus escritos
en teorías insostenibles para ubicar su
nacimiento en el pueblo de Añasco. El monumento en el centro de su plaza,
realizado a impulso de teorías vanas da
por errónea también su muerte, un 25 de
febrero de 1903, cuando el suceso ocurrió un día antes. En mi libro
siempre he sostenido claramente este hecho.
Concluimos que nuestra hipótesis sobre los nuevos
hallazgos de la vida de Mariana son irrebatibles, ya que son confirmados
mediante documentos existentes en el Archivo General de Puerto Rico. Nuestra
Mariana es mayagüezana y fue esclavista a pesar de haber sido una de las
mujeres revolucionarias más notables en la noche del 23 de septiembre de 1868.
APENDICE
Este documento pasa
a ser el primer testimonio, hasta ahora conocido, donde Mariana Bracety a
través de una Declaratoria afirma ser natural de Mayagüez y reconoce a las
esclavas, Encarnación y Saturnina, como
anterior propiedad de su familia. Ya no habrá dudas de su lugar de
nacimiento.
ANTECEDENTES
En enero de 1894
Juan Balberio González entabló petición al Tribunal de Mayagüez para que se
constara ser el único heredero de su
abuela Encarnación González Bracety
quien había tenido una hija natural en el
año de 1846 de nombre Saturnina González. Que esta fue más tarde adquirida por
don Pedro Tolosa y que estando en poder
de este Saturnina tuvo un hijo natural al que llamo Juan Balberio González. Que
al fallecer su abuela en 10 de agosto de
1885 y más tarde su madre Saturnina el
18 de junio de 1888, el paso a ser único descendiente. Por ello reclamaba al
Tribunal y los respectivos testigos declararlo heredero único.
DECLARATORIA
En el barrio de
Añasco Abajo, término municipal de este pueblo de Añasco a los diez y nueve
días del mes de enero de mil ochocientos noventa y cuatro, constituido el Señor
Juez Municipal don Francisco Pagan y Ríos
asistido de mí el Secretario en la casa habitación de la señora Mariana
Bracety Cuevas a quien certificamos conocer. El señor juez le enteró de la obligación que tenía de ser veraz y de
las penas con que el Código castiga el delito de falso testimonio en causa
civil. Enterada prestó juramento en
nombre de Dios ofreciendo decir la
verdad en todo cuanto sepa se le preguntó y en efecto dijo:
Que se llamaba
Mariana Bracety Cuebas, natural de Mayagüez y vecina de este término municipal
de setenta años de edad, casada, siendo su ocupación los quehaceres de su casa.
Preguntado: A tenor
con el particular inserto en el Despacho que era por cabeza en estas
diligencias de cuyo contenido se le dio lectura; enterada contestó que no le
comprendían los generales de la Ley.
Preguntado: Por el
segundo particular que también le fue leído, contesto que es cierto en todas
sus partes.
Preguntado: A tenor
con el tercero particular del cual se le dio lectura, enterado contesto que es
cierto y le consta en todas sus partes.
Enterada de que podía
leer por si misma esta declaración que hubiera hecho uso de este derecho se
leyó por mí el Secretario y manifestó que se ratificaba y quedó conforme
firmando en prueba luego el señor Juez Municipal de lo que certificamos.
Francisco Pagán Mariana
Bracety Abelardo Lajara
AGPR. Tribunal Civil
de Mayagüez, 1894, Caja 469.
[1]
Fon frías, Ernesto Juan: El Grito de Lares, símbolo de puertorriqueñidad.
Círculo de Recreo de San Germán, 1972.
Pág. 25
Luisa
Capetillo, dramaturga innovadora. Entre el escándalo escénico y sutilezas
poderosas
RESUMEN
Luisa Capetillo
desarrolló 13 estrategias innovadoras en su teatro. Su dramaturgia, de
realismo-didáctico en su mayoría, dialoga con el teatro obrero de su época
(escrito básicamente por hombres) pero innova a favor del pensamiento
libertario, político, sociológico, cultural y espiritual según ella lo
concebía. La gama de estrategias innovadoras teatrales van desde aspectos
escenográficos hasta recursos de estética de ultratumba. Desde la denuncia
hasta subtramas espirituales. Al mismo tiempo, matiza su dramaturgia con
elementos que oscilan desde lo escandaloso hasta la sutileza y lo sublime.
Derriba el paternalismo con personajes de niñas mimadas y crea, además, nuevos
prototipos como “el capitalista converso”. Crea espacios para monólogos
sucintos y entretenidos para descubrir los secretos de mujer oprimida por
liberarse. Hace protagonizar a las mujeres en su teatro completo. Promueve
co-protagonistas masculinos idóneos para la mujer moderna. Todo pro revolución
hacia una sociedad justa, en la que reine la libertad, igualdad y fraternidad
universal.
PONENTE
Rayza Vidal, PhD.
Profesora y dramaturga
Universidad de Puerto Rico
La Mujer
Coameña en la
Legislatura
Municipal
Luis Caldera Ortíz
En esta ponencia nos enfocaremos a ofrecer un
recuento histórico de la presencia de la mujer dentro de la asamblea
legislativa del pueblo de Coamo. Debemos recordar, que la mujer, de una forma u
otra, han sido parte del movimiento político a lo largo del siglo XX y XXI. Por
consecuencia, la existencia de féminas que hayan sido electas para un escaño en
el cuerpo legislativo municipal, la hace parte de los eventos y decisiones que
se dieron en ella durante las últimas siete décadas.
Durante la colonización española, el voto, era algo
que estaba reservado para el hombre casado y con residencia permanente en la
Isla. La mujer coameña no participaba en la elección del Alcalde
Constitucional, ni tampoco por los delgados a las cortes españolas. Ese
panorama se mantuvo inalterado a lo largo del siglo XIX. Bajo el mandato
norteamericano, en las primeras décadas del siglo XX, se mantuvo el mismo
panorama. A pesar de esto último, en el periodo previamente indicado, hubo una
serie de movimientos a favor y en contra del voto femenino.[1]
Es con la Ley 74 del 18 de abril del 1929 que se permitió el voto de la mujer
alfabetizada en la Isla.[2]
Es decir la dama que supiera leer y escribir tenía derecho a participar del
sufragio.
Las elecciones del 8 de noviembre del 1932 son de
carácter histórico en la historia de la mujer puertorriqueña. Es a partir de
ese momento, y de manera legal, la fémina podía ejercer el voto y a su vez
también podía correr para cargos electivos.[3]
En el caso de nuestro pueblo de Coamo, las fuentes documentales de la época,
nos indican que la Sra. Emilia Labastide de Aguilú ocupó un cargo de
Asambleísta Municipal.[4]
Esto último se registró en el año 1933. La escasa documentación de la época que
ha sobrevivido a las inclemencias del tiempo y al mal manejo y resguardo de los
documentos, no nos permite decir con claridad, si esta señora estaba en la
Asamblea Municipal mediante elección de sufragio o por llegada por vacante.
El 25 de mayo del 1935, el gobernador Blanton
Winship, firmó la Ley que permitió el sufragio universal. Esto significaba que
toda mujer coameña, sin importar su condición, podía votar libremente en las
elecciones de su pueblo. Un aspecto sumamente interesante para la historia de
nuestro pueblo es que la Sra. María Isabel Colón Picó ocupó el cargo de alcaldesa
entre los años 1937 y 1939. Doña María Isabel Colón Picó era maestra de
profesión y ocupó el cargo de alcaldesa debido a que hubo una vacante.[5]
Se debe indicar que la Sra. María Isabel, fue elegida
por terna o sorteo entre los candidatos del partido republicano en Coamo, antes
de la juramentación de los asambleístas en enero del 1937.[6]
Todo esto nos lleva a pensar que en esa época, ciertos renglones sociales de la
mujer coameña, eran aceptados en el mundo de la política. Mucho más que ser
aceptadas, eran mujeres que querían ser parte de la toma de decisiones y ayudar
al bienestar de nuestro pueblo.
En la década del 1940, solo encontramos a dos
asambleístas ocupando el cargo, estas fueron Gudelina Hernández Rodríguez[7]
y luego a María Luisa Cartagena.[8]
Para nuestro malestar, la documentación y fuentes consultadas simplemente
registran sus nombres obviando otros aspectos de su vida política. Aunque esta
situación nos podría llevar a pensar que la mujer no era un ente activo su
participación en la política coameña era algo latente y real.
Las actas de la época nos presentan a un grupo de
mujeres de participación activa y comprometida con el bienestar de su
comunidad. Tal es el caso de María Luisa Cartagena, que pertenecía a la
comisión de Renuncias y Nombramientos.[9]
Se debe indicar que para esa época, las comisiones no estaban presididas ni
tenían un secretario.
En la década del 1950, específicamente, el día 13 de
enero del 1953, la asambleísta electa María G. de Pizarro fue nombrada como
vice-presidente del mencionado cuerpo en el día inaugural.[10]
Este hecho es algo trascendental ya que María G. de Pizarro se convirtió en la
primera mujer en ocupar la vice-presidencia de la Asamblea Municipal. Esta
mujer estuvo en su cargo durante el cuatrienio y en ocasiones ocupó la
presidencia de la Asamblea, cuando faltaba el presidente.[11]
Un aspecto interesante es que esta asambleísta fue parte de la aprobación de
varios de los proyectos más importante que se dieron en la década del 1950. Sin
duda alguna la mujer coameña ha sido parte importante en el crecimiento de
Coamo.
En los comicios del año 1960, fue elegida como
alcaldesa María Ortiz Vda. de Rivera, esta última se convirtió en la primera
alcaldesa en ocupar el cargo por el sufragio local.
Simultáneamente, la Ley del 21 de
julio del 1960, hizo unas modificaciones importante a la Asamblea Municipal,
entre esas modificaciones fue la designación de un presidente en las comisiones
permanentes. La primera mujer asambleísta en presidir una Comisión Permanente
lo fue María Rivera de Cansobre, esta se encargó de la sección que trabajaba la
Sanidad, la Instrucción y la Beneficencia.[12]
Su nombramiento ocurrió en la sección inaugural del 13 de enero del 1969. Los
aspectos sucedidos en esta época nos reafirman la presencia de la mujer coameña
en los tema de importancia de nuestro pueblo.
En las próximas décadas, según pasaban las
administraciones locales, la presencia de la mujer en la Asamblea ha ido en
ascendencia, especialmente, a partir de la década del 1990. Sin duda alguna,
todas las damas que han formado parte del cuerpo municipal en los últimos años,
son parte importante en el crecimiento de nuestro pueblo. Un aspecto sumamente
interesante, es que en la sección inaugural del 12 de enero del 2009, la
Honorable Damaris L. Figueroa Santiago, se convirtió en la primera mujer en
convertirse presidenta de la Legislatura Municipal mediante el voto. Eso
significaba que luego de 76 años en que la primera mujer coameña ingresara a la
Asamblea Municipal como miembro, es cuando se elige a una dama como presidenta
en propiedad y eso sin duda alguna, es parte importante de la historia de
Coamo.
[1] María de Fátima Barceló
Miller, La Lucha por el sufragio femenino
en Puerto Rico, 1896-1935. San Juan, Ediciones Huracán, 2006, pág.
187-191.
[2]
Ibíd., pág. 223.
[3] Ibíd., pág. 223-226. Según
María de Fátima hubo muchas mujeres que no aparecieron en las listas de votar y
por consecuencia no pudieron ejercer su voto. La reconocida activista en la
época, Ana Roque Duprey, emitió su voto pero no contó por razones técnicas.
Sobre 130,000 mujeres se alistaron para votar en los comicios del año 1932,
pero se teoriza que una gran cantidad de sufragio femenino no fue contando en
las elecciones de la época. María Luisa Arcelay fue electa a la Legislatura
Insular y fue la primera mujer en ocupar un escaño político en nuestra historia
puertorriqueña.
[4] Archivo General de Puerto
Rico, Documentos Municipales, Coamo, Caja 50, legajo 2002. La reunión de
discusión de presupuesto en donde aparece el nombre la asambleísta, es datada
del día 20 de mayo del 1933. Hay grandes posibilidades de que esta señora era
parte de la Asamblea Municipal por mediante el sufragio. Es debido a que ese
cuerpo solamente llevaba 4 meses en funciones con esos asambleístas.
[5] Archivo General de Puerto
Rico, Documentos Municipales, Coamo, Caja 51. La alcaldesa enfatizó muchos
proyectos para que se mejoraran los caminos hacia las escuelas y otros aspectos
sobre la educación en Coamo.
[6] El Mundo de Puerto Rico, martes, 12 de enero del 1937, pág. 10. El
mismo caso de elección se dio en Ponce, estamos seguro que en el pueblo de
Coamo se dio la misma situación. Se debe indicar que en esa época la Sra.
Dolores Valdivieso fue elegida alcaldesa mediante el sufragio en el pueblo de
Guaynabo y por consecuencia se convirtió en la primera mujer en ocupar un cargo
de alcaldesa mediante elección por voto mayoritario. Sobre esto último véase El Mundo de Puerto Rico, martes, 12 de
enero del 1937, pág. 5.
[7] Enciclopedia Grandes mujeres de Puerto Rico. Tomo 2. San Juan,
1980, pág. 377. Según el libro María
Luisa Cartagena fue asambleísta durante el periodo del 1940-1944. En las actas
de la Asamblea Municipal, en el libro más antiguo, la composición del Cuerpo
Municipal en el día 20 de marzo del 1942 no aparece la referida persona.
Posiblemente, había renunciado para esa época. Sobre esto último véase Asamblea
Municipal, Coamo, Ordenanzas, Resoluciones y Actas, 1942-1944, libro 20, Folio
4.
[8]
Archivo de la Legislatura Municipal, Coamo, Ordenanzas, Resoluciones y Actas,
1944-1947, libro 21, Folio 11.
[9]
Archivo de la Legislatura, Coamo, Ordenanzas, Resoluciones y Actas, 1944-1947,
libro 21, Folio 18.
[10]
Archivo de la Legislatura Municipal, Coamo, Ordenanzas, Resoluciones y Actas,
1951-1953, libro 24, Folio 122.
[11]
Archivo de la Legislatura Municipal, Coamo, Ordenanzas, Resoluciones y Actas,
1954-1956, libro 226, Folio 30-32.
[12]
Archivo de la Legislatura Municipal, Coamo, Ordenanzas, Resoluciones y Actas,
1968-1969, libro 33, Folio 117.
Creación de la Montaña: una historia de solidaridad y
tenacidad femenina.
Sandra A. Enríquez Seiders
Resumen
En el año 2001 y
como resultado del cierre de la fábrica Ranger Manufacturing Inc., cientos de
mujeres utuadeñas, jefas de familia, quedaron desempleadas. Ante la falta de empleo en su pueblo y luego
de recibir orientación de parte de Fomento Cooperativo, decidieron unirse y
abrir una cooperativa en Utuado. Este trabajo narra la trayectoria de este
grupo de mujeres trabajadoras que de la noche a la mañana se convirtieron en
empresarias.
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