Buenos
días a todos y todas.
Bienvenidos
y bienvenidas.
Hoy
las montañas de la región central vistieron sus mejores galas para recibirles.
La Universidad de Puerto Rico en Utuado les saluda y promete que la estadía de
todos y todas ustedes durante estos dos días será muy placentera.
Lo
que comenzó como un junte de varios historiadores hoy es una reunión de una
treintena de investigadores e investigadoras. Ha crecido el interés en escribir historia de
las mujeres y este V Coloquio es el mejor ejemplo. Siento que el esfuerzo realizado ha valido la
pena. Los coloquios anteriores han sido un éxito y esperamos que este sea igual
o mejor.
Fue
luego de una conversación con el Sr. Edwin Rosario de la Fundación Casa Albizu
que se me ocurrió dedicarle este V Coloquio a doña Isabelita Rosado. Aunque
nunca la conocí, siempre la admiré. Aquella foto donde los guardias la
arrastraron por la playa en la lucha para sacar la marina de Vieques siempre
quedó grabada en mi memoria. Cuando el
Sr. Rosario me dijo que podía traer una exposición colectiva a este recinto de
doña Isabelita, inmediatamente lo consulté con la matrícula de la Asociación y
aceptaron. No solamente estuvieron de acuerdo sino que rápido seleccionaron el
tema para este coloquio: Rebeldes y revolucionarias. En este encuentro de investigadores e
investigadoras vamos a escuchar ponencias no solamente de mujeres
revolucionarias en asuntos políticos del país sino también mujeres
revolucionarias en las artes, las ciencias y en el trabajo, entre otros.
En nuestra historia no ha ocurrido un
acto de rebeldía, resistencia o militancia, en la cual la mujer puertorriqueña
haya estado ausente. Por aquí desfilarán historias de mujeres que
arriesgaron su libertad por defender la patria. Mariana Bracetti, Luisa
Capetillo, Blanca Canales, Lolita Lebrón e Isabel Rosado, entre muchas otras.
Todas se atrevieron a luchar por la independencia de Puerto Rico. Quiero hacer
la salvedad que no creo en la violencia. Sin embargo, me quito el sombrero ante
todas esas mujeres que se atrevieron a cometer estos actos sin temer a las consecuencias. La libertad es
lo más preciado que tenemos los seres humanos. Son muchos los que pierden la
libertad en nimiedades pero, perder la libertad por la Patria, eso solo lo
hacen unos pocos. Hoy conoceremos varias
historias de mujeres aguerridas que perdieron su libertad en aras de la
emancipación de nuestra Isla. Mis respetos para todas ellas.
Quiero
agradecer la ayuda de todas las personas que contribuyeron a la organización de
este evento. Espero no se me quede
nadie. En primer lugar a la Rectora, Dra. Raquel Vargas y a su equipo de
trabajo por darme el espacio que se requiere para su planificación. Igualmente
al Director de mi departamento, Prof. Héctor Reyes que siempre cree en mi
trabajo y a la secretaria, Nannette Afanador, que llenó papeles y papeles para
esta actividad. A todo el personal de este, el Centro de Recursos para el
Aprendizaje, que ya me ven y se asustan, mil gracias.
Gracias
a la Fundación Casa Albizu y al Sr. Edwin Rosario por esta hermosa exposición.
Mi profundo agradecimiento a la Sra. Rita Zengotita por aceptar nuestra
invitación para dictar la conferencia magistral. Gracias a la Prof. Teresa
Sepúlveda y al Coro de la Universidad de Puerto Rico en Utuado que nos
deleitaran con su música. A la Prof.
Lymaris Ruiz que junto a sus estudiantes prepararon una obra de teatro
especialmente para este encuentro, mil gracias.
Mi
agradecimiento a todo el personal de mantenimiento de esta Universidad,
especialmente a Cayita, a la guardia universitaria y a mi íntimo amigo Peco
González que veló porque los cuadros llegaran a tiempo y dentro de un rato
trasladará a los/as ponentes al Bohío.
Al maestro
de ceremonia vitalicio del coloquio, Dr. Pedro Cartagena y a mis colegas que
siempre dicen presentes para actuar como moderadores/as, gracias por su
participación.
Mi
agradecimiento a las estudiantes que servirán como ujieres, especialmente a Grace Santiago que ha pasado muchas horas en
mi oficina preparando el programa, las memorias, certificados, el opúsculo,
listas de asistencia, en fin, todo el
material para este coloquio.
A
todos y todas las visitantes, gracias por llegar. Gracias también a la
membresía de la Asociación Puertorriqueña de Investigación de Historia de las
Mujeres por darle continuidad a este proyecto.
Finalmente,
y no menos importantes a los conferenciantes y las conferenciantes, gracias por
aceptar la invitación. Sin ustedes no habría coloquio. Sus investigaciones son
grandes contribuciones a la historia de las mujeres. Juntos y juntas lograremos
adelantar nuestra misión de darle visibilidad a las mujeres en la historia
patria.
Solo
me resta decirles, espero que lo pasen bien.
Y
ahora, ¡que
comience nuestro encuentro!
Sandra A. Enríquez Seiders
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